Crónica de «Entendiendo lo Diverso»

El pasado abril la Fundación Educativa Ágora se presentó ante la sociedad y para la sociedad.

Nacida de la experiencia y la ilusión del Colegio Ágora de Madrid, sus objetivos se encaminan a acompañar y difundir  la labor educativa del mismo, así como apoyar a todos los centros que apuestan por la inclusión como principio básico de funcionamiento desde la búsqueda de una educación de calidad para todos y todas, siendo éste uno de los Objetivos de Desarrollo de Naciones Unidas para el 2030.

De esta manera, el sábado 14 de abril la Fundación convocó la Jornada «Entendiendo lo Diverso en el Colegio Ágora, que quiere ser un lugar de encuentro vivo, participativo y en el que todos aprendamos de todos.

Con la participación de 60 profesionales, representantes de  28 instituciones de carácter educativo (colegios, equipos de orientación, asociaciones…), disfrutamos una mañana de puesta al día de la situación escolar, familiar y social en lo referente a la diversidad, entendida como riqueza.

Contamos con las intervenciones iniciales de Gerardo Echeíta (profesor de la Universidad Autónoma de Madrid), Patricia Moreno del Valle (socióloga, trabajadora social y terapeuta familiar) y Daniel García (Aliado ATD Cuarto Mundo), quienes desde sus diferentes perspectivas (escolar, familiar y social) abordaron dichas situaciones. A continuación –después del café- y partiendo de las preguntas lanzadas por los ponentes, se realizaron tres talleres, cada uno de ellos orientado por uno de los expertos, en los que los asistentes pudieron compartir opiniones, experiencias, dudas y reflexiones.

El encuentro finalizó con un emotivo cuadro narrado por Ana González, quien de manera poética describió lo vivido en la jornada.

A lo largo de la jornada, son muchas las ideas surgidas y debatidas, que no pretendemos recoger en su totalidad; no caben aquí unas conclusiones ya que concluir es acabar, y nosotros seguimos en el camino. Esbozamos sólo algunas reflexiones surgidas y consensuadas.

Ante una sociedad de inmediatez, de búsqueda constante de un placer intenso, de un sistema basado en el consumismo y teniendo en cuenta los problemas económicos que padecemos y los nuevos roles sociales existentes, vemos que hoy somos capaces de identificar las necesidades surgidas. Sin embargo, también somos conscientes de que no hay una solución inmediata para ellas; sólo definiremos el camino a seguir si reflexionamos conjuntamente los actores de los diferentes procesos educativos, sean formales o no lo sean. De ahí la crucial importancia que hoy tiene generar espacios de debate, la necesidad de pensar juntos.

La solución, en todo caso, pasa por tener una actitud abierta hacia el otro; y mirar al otro siempre debe hacerse desde la escucha y aceptación de sus intereses, motivaciones y emociones, no desde el prejuicio; los educadores debemos enseñar –y debemos aprender- a mirar de otra manera.

El sistema escolar actual, con sus fortalezas y debilidades, debe optar por, o bien conformarse con el estar, permaneciendo impasible ante los retos que nos asedian, o bien arriesgarse a ser motor de cambio; compartir conocimientos, experiencias y crear redes y sinergias en las que podamos encontrarnos para reinventar nuestra manera de hacer en la escuela y en otros ámbitos de carácter educativo.

Como señaló Gerardo, la escuela en muchas ocasiones es muy reacia al cambio, pues es costoso y lento; pero la manera de transformar es siempre a través de la acción,  con un cambio que transcurren “de la mano a la cabeza”. Así, desde la práctica, podremos crear estrategias para avanzar.

Para propiciar estos cambios es bien sabido que no existen recetas; para ello nos tenemos que encontrar. De esta manera podremos repensar,  reinventar, aprender y crear el modelo educativo que queremos. Esta generación de espacios de comunicación, este necesario (como señaló Daniel) “cruce de saberes”, debe conducirnos a impulsar una escuela que apueste por la inclusión desde la idea de que todos somos diferentes y todos necesitamos estos espacios inclusivos para nuestro desarrollo y aprendizaje.

Apostamos por una escuela en la que la excelencia sea entendida como calidad para todos y todas, no como exclusión de unos a favor de otros, ya que sabemos que no habrá justicia social sin justicia de saberes.

Una escuela de calidad es una escuela abierta y participativa en la que todos aprendemos de todos, independientemente de nuestra edad, género, capacidades y habilidades. Una educación que apuesta por la igualdad y la solidaridad, consciente de que todos tenemos algo que ofrecer y todos necesitamos recibir. Una escuela de estas características, que persigue construir aprendizajes sólidos y duraderos, requiere una actitud de aceptación del otro; así, cada miembro de la comunidad educativa debe sentirse, en palabras de Patricia “libre para ser, sentir, pensar y expresar; obligados, a su vez, a respetar y colaborar”. También es imprescindible que en la práctica educativa se apueste por el empleo de metodologías participativas, en las que todos tienen cabida, poniendo el acento en lo que cada uno es capaz de hacer y ofrecer al resto.

La Fundación Educativa Ágora tiene como ilusión que este encuentro constituya sólo el primer paso de un camino a seguir junto con otras muchas instituciones que creen y persiguen la construcción de una educación abierta e inclusiva, aceptando y valorando la diversidad que cada ser humano aporta a la sociedad.

Podéis ver las tres ponencias completas en nuestro canal de Youtube.

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